Nuestra naturaleza inicial y primitiva es perfecta, me lo demuestra día a día José y Alba. Hemos nacido con ese Don. Pero parece que queramos olvidarnos de ello cuando crecemos.
Un bebe en la barriga de su madre, no se preocupa, no tiene miedos, ni espera nada de la vida, se siente protegido y seguro. Los bebes y los niños, quieren, perdonan, no tienen rencores, ni envidias,..... Y cuando aman lo hacen sin esperar nada a cambio, es decir son seres compasivos.
Alba y José se quieren, se cuidan, se protegen, y se defienden, independientemente de sus condiciones, de su color de piel, de su lugar de nacimiento, y eso tal como son, les hace perfectos.